Una verdad incomoda. Reflexionando sobre mi día a día de vendedor y en el contacto con otros comerciales he comprobado una serie de actitudes comunes que también, en ocasiones me son propias.
Lo veo constantemente: vendedores quejándose en lugar de mejorar.
Siempre es más fácil culpar a otros:
Al cliente.
Al de arriba.
A la falta de recursos.
Al contexto económico.
A...
Como digo, yo también caigo en este vicio pero he aprendido a hacerlo cada vez menos.
Me he dado cuenta de que la mejora viene cuando dejamos de echar balones fuera y empezamos a mirar hacia dentro.
He estado ahí, en esa trampa de la queja.
La salida es la autocrítica.
El hacerte buenas preguntas y el hacérselas también a aquellos en quien te miras como mejores que tú y en quien confías. Yo lo hago con mis socios de Outbounders.
¿Por qué mis post en esta red no despegan como debería? (y de hecho no lo hacen!)
Lo fácil sería decir: El p*to algoritmo
Lo adecuado, lo que vale es analizar tu estilo y compararlo con el otros, leer sobre copy atreverse a probar cosas distintas, etc.
¿Por qué no responden a mis emails de prospección?
¿Cómo podría mejorar mi enfoque en las reuniones?
¿Qué estoy haciendo mal en el Discovery?
¿Qué está fallando en mi forma de afrontar mis miedos en una negociación?
Etc.
Este cambio de mentalidad, de dejar de culpar a lo externo, es el camino.
Asumir la responsabilidad personal marca la diferencia entre lo promedio, el fracaso y lo excepcional en ventas
B2B.
Y sobre esas supuestas o reales causas externas, sobre esos "otros", que sin duda también operan, hagamos lo que recomendaba Epicteto "preocúpate sólo de aquello que está bajo tu control"
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