¿Te gusta que te persigan sin parar, incluso si estás ignorando todas las comunicaciones?
¿Te resulta molesto que la persona insista a pesar de tu falta de interés?
¿Alguna vez has perseguido a un potencial cliente hasta el punto de cuestionar tus propias tácticas?
Sigue leyendo.
🚨 El Problema:
Nos han enseñado que la persistencia es la clave en ventas. Pero, ¿y si te dijera que hay una línea muy delgada entre ser persistente y ser molesto?
🤯 La Realidad:
Si no te gustaría estar en el extremo receptor de tus propias estrategias de seguimiento, es hora de replantearse las cosas.
🌈 La Solución:
Actúa desde un lugar de abundancia, no de escasez. No pierdas tiempo y energía en prospectos que claramente no están interesados.
No los persigas. Sustitúyelos.
No me malinterpretes: no estamos sugiriendo que abandonemos por completo el seguimiento.
Sin embargo, si tras varios intentos no recibimos respuesta, tomemos eso como una señal inequívoca de desinterés.
En lugar de verlo como un obstáculo que debemos superar a toda costa, optamos por redirigir nuestros esfuerzos hacia la búsqueda de nuevos prospectos.
🎣 La Estrategia:
En lugar de ver cada "no" como un desafío personal, tómalo como una señal para seguir adelante.
Hay un océano lleno de peces esperando a ser capturados.
🔥 La Acción:
La próxima vez que te sientas tentado a enviar ese séptimo correo de seguimiento, detente.
Redirige esa energía hacia la búsqueda de nuevos clientes que realmente quieran lo que ofreces.
🌟 El Recordatorio:
Las ventas son una cuestión de autenticidad y alineación con tus propios valores personales.
Olvídate de las tácticas de "vender a toda costa" y céntrate en construir relaciones significativas.
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