Siempre me ha gustado comparar el mundo de las ventas con el del deporte. Ambos son campos muy competitivos con resultados muy medibles. Pero nunca encontrarás un club donde los jugadores solo juegan y no entrenan.
Cualquier profesional de club pasa horas practicando. Entrenando habilidades, sistemas y procesos.
En muchas ocasiones, ni siquiera salen al partido hasta que no alcanzan un nivel mínimo demostrado en los entrenamientos.
Pero en muchas empresas todo se confía solo a la actitud.
Un pequeño onboarding, más o menos denso, una formación de producto, del CRM, algunos procesos administrativos… Y a jugar.
Buena suerte ¡Tienes que darlo todo!
Los jugadores de clubs sin embargo entrenan y se capacitan constantemente entre partidos.
Siempre hay cosas que mejorar, movimientos que aprender, disparos que practicar, nuevas herramientas o nuevas tácticas que aprender.
En el mundo de las ventas hemos asumido, no se muy bien por qué, que solo se aprende jugando partidos.
Cada día juegas uno. Y la única forma de que aprendas es a base de golpes.
Al principio no te pediré goles. Te dejaré que acompañes unos días a Juan y a María para que veas los golazos que marcan.
Después de unas semanas ya te pediré 1 gol por partido. Si llevas 3 meses, tienes que estar marcando 2 o 3.
¿Y entre partidos?
Nada.
Lo que importa es que intentes meter goles ¡hoy!
Es curioso que los mejores vendedores en muchas empresas sean siempre los mismos cada año.
Y los que suspenden también.
¿Por qué?
O se recluta mal o se capacita mal. O incluso no se capacita nada.
Todo se confía a la ACTITUD de cada uno.
Pero capacitar y ENTRENAR no puede ser opcional.
No sales a jugar partidos de Champions solo practicado en partidos de verdad.
Si quieres resultados, ENTRENA.
Es lo que hacen los mejores. ¿No crees?
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