La obsesión por el Resultado en vez de la obsesión en el Proceso es la gran trampa para conseguir lo que buscamos. Especialmente en esta era digital de gratificación inmediata. En Ventas y en cualquier área de la vida.
Cuando competía al tenis una máxima que aprendíamos era el foco absoluto en lo que estás ejecutando.
No piensas en ganar el partido.
Ni en ganar el set.
Ni siquiera en ganar el juego o punto.
Piensas en ejecutar lo mejor posible el golpe que estás realizando en este instante.
En ventas por ejemplo nos obsesionamos muchísimo con el resultado.
Si eres un sdr probablemente te obsesionas con cerrar la reunión.
Como te obsesiona conseguir esa reunión no generas conversaciones.
Solo lanzas un pitch que nadie te ha pedido.
Si eres un accountexecutive te obsesionas con cerrar ventas.
Por eso te saltas pasos, haces un Discovery pobre, sermoneas sobre tu empresa, haces una demo sobre lo que te interesa a ti o piensas que mandar muchas propuestas es vender.
Estás obsesionado con el resultado y vas tan rápido que descuidas completamente el proceso.
Sorprendentemente cuando te enfocas en el proceso y no piensas en el resultado
Conversas más....
Escuchas más...
"Pitcheas" menos...
Haces que la otra parte se sienta más cómoda...
Cumples los pasos del proceso...
Disfrutas más.
Y además consigues mejores resultados!
Lo he visto mil veces. Conmigo mismo y con otras personas.
Cuanto menos te ciegas con el objetivo final y más en lo que estás haciendo en el presente, más éxito tienes.
Corriendo más rápido no llegas más lejos.
Corriendo mejor, sí.
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